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L’attente seule donne l’attention.

L’attente, l’oubli.

Tu ne trouveras pas les limites de l’oubli, si loin que tu puisses oublier.

Maurice Blanchot.

La temporalidad narrativa de DAYS OLD puede definirse como una reacción a esta época de las prisas -que es la época en la que todavía vivimos- en la que todo arte debería ser breve. Arte estéticamente breve. Obvio. O sea arte listo para ser admirado rápidamente al pasar. Y -en lo profundo- arte poéticamente breve. O sea arte a resultas de un velocísimo proceso de producción, presto a interrumpirse y recomenzar de nuevo a cada instante.

Indudablemente, Jackie Parisier tiene en mente justamente lo opuesto. Su DAYS OLD supone, poéticamente, una espera. Una espera de miles y miles de días para rescatar, al borde mismo del olvido, un archivo de imágenes ya casi invisibles. Una espera de cientos y cientos de días para volver visibles esas imágenes en EXPOSED. Y una espera de decenas y decenas de días ante el archivo aún inviolado, registrada pacientemente en UNDEVELOPED.

La muestra surgida de esa espera poética, nos propone, estéticamente, cuanto menos una demora. El amplio horizonte temporal implicado en la producción de DAYS OLD obliga a una atención similarmente dilatada. Esta creación, y su contemplación requieren una complicidad rara entre artista y espectadores. Una complicidad en la espera, ajena al espíritu de estos tiempos, para sondear atentamente los inhallables límites del olvido.

¿Qué interés puede tener esta atención concentrada por la espera poética y estética en las formas y el contenido de un archivo casi olvidado? Quien acepte seguir las lecciones de Hegel en este asunto, concluirá rápidamente que el interés no es práctico, ni científico. Parisier no nos propone valernos destructivamente del archivo para nuestra utilidad, ni enfocarlo teóricamente para extraer de él concepto alguno general.

El interés de DAYS OLD se revelará, desde este punto de vista, propiamente artístico: De una parte se trata de que la espera deje que el archivo rescatado del olvido exista libremente para sí mismo. Sin usarlo. De la otra, la propuesta consiste en que la atención generada por la espera permita cultivar un interés por el hallazgo en su existencia singular. Renunciando a la tentación de extraer conclusiones de las que corresponden a una inteligencia científica.

Esperar y atender, de cara a la extensión ilimitada de cuanto hemos olvidado. Pero con un interés artístico. Ni práctico, ni científico. Ese es el plan. El riesgo es claro: Podríamos acabar constatando que en esta época de prisas, el imperativo de la inmediatez ha dejado a la espera y a la atención ya sin recursos. En contrapartida, un poco de paciencia recobrada podría señalarnos el camino hacia una época distinta de esta en la que todavía vivimos.

Florencio Noceti

13.969 days old

From Oblivion to Recovery

Only the act of waiting captures our concentration


Waiting, forgetting


Limits of forgetting are not found, no matter how far back you forget.

Maurice Blanchot

The narrative time of Days Old can be defined as a reaction to the time of the shoot, the time in which we still live, and to the idea that all art should be brief. Aesthetically brief art. Obvious. Unless art is ready to be rapidly admired in passing. Or, more profoundly, poetically brief art. Unless art be the result of a high speed process of production, ready to be interrupted and start off again at every moment.

Undoubtedly, Jackie Parisier has exactly the opposite in mind. Her Days Old poetically assumes an expectation. An anticipation of thousands and thousands of days to recapture from the edge itself of oblivion, an archive of almost invisible images. An anticipation of hundreds and hundreds of days in order to make these images become visible again by exposing them. And an expectation of dozens and dozens of days before the unviolated archive is registered as UNDEVELOPED.

The site surging from this poetic anticipation suggests esthetically at the very least a delay. The ample temporal horizon implicated in the production of Days Old requires a similarly expanded concentration. This creation, and its contemplation require an unusual complicity between the artist and spectators. A complicity of waiting, foreign to the spirit of these times to attentively sound out the gasps at the boundaries of oblivion.

What interest can this concentrated attention in the shapes and contents of an almost forgotten archive hold for the poetic and aesthetic sphere? The person agreeing to follow Hegel’s lessons in this matter will rapidly conclude that the interest here is neither practical or scientific. Parisier does not propose we should destructively avail ourselves of this archive for our benefit nor that we focus on it theoretically to extract from it some general concept or other.

The interest of Days Old will reveal itself from a purely artistic point of view: On the one hand the expectation that the archive rescued from oblivion exists freely on its own. Without using it. On the other hand, the suggestion is that the general attention generated by the rescue from oblivion will make it possible to cultivate an interest in the particular survival of this discovery. The point is to renounce the temptation to extract conclusions corresponding to a scientific intelligence.

Hoping and waiting, facing the unlimited expansion of what we had forgotten. But with an artistic awareness. Neither practical, nor scientific. Such is the plan. The risk is clear. We might conclude by observing that in these hurried times, the imperative of immediacy has left anticipation and concentration without recourse. As a counterpoint, a little bit of recovered patience may signal the way towards a period distinct from the one in which we still live.

Florencio Noceti

13.969 days old