Todo el proceso de producción de esta obra, que es una larga interrogación sobre la evanescencia, permanece envuelto en la incertidumbre.
Sostiene Derrida: “La meditación incesante de esta pregunta” -escribe- “no restaura las certezas. Por el contrario, las expulsa hacia su propia profundidad.”
En 2012 conseguí un rollo de película fotográfica para uso militar aéreo, encerrado en un extraño cilindro metálico desde alguna fecha incierta a fines de los años 20 o principios de los años 30 del siglo pasado.
La fascinación inicial dió paso a largas horas de contemplación: Nada me preparó para el misterio que descubrí cuando finalmente me avine a revelar el contenido. La película no había sido utilizada para el reconocimiento aéreo que constituía su propósito, sino para un registro equívoco, a ras del suelo, de escenas cotidianas, paisajes, personas y edificios.
Un fotógrafo amateur, Piloto, anónimo, fotografiando con un rollo de muchos metros, ya expirado. Un material cuya producción se discontinuó antes de la segunda guerra mundial, arrastró consigo una pesadísima cámara analógica: construida para ser montada en un avión de reconocimiento; fue usada para capturar imágenes domésticas, cotidianas, a veces veladas, a veces mal encuadradas, de situaciones íntimas, máquinas antiguas y paisajes desolados; una historia de final abierto, que ahora exhibo, pero que todavía no logro desentrañar.
Esta búsqueda, que aún continua, es casi un ejercicio de respiración: Inspiro para sumergirme en un mundo extraño, arcaico, analógico. Para descubrir una retórica del material de archivo impropiamente utilizado, para intentar decodificar la gráfica involuntaria de los símbolos técnicos que complementan las imágenes fotográficas, en sí mismas, indescifrables.
Expiro para desplegar una película cargada de fuerzas latentes, contradictorias, que ahora, al cabo de un largo viaje en el tiempo, pueden expresarse en este revelado.
Una nueva (otra) Revelación.
Jackie Parisier
The entire production of this work is a long questioning on evanescence, and it remains shrouded in uncertainty.
Jacques Derrida states that “relentless meditation of the answer to the question does not restore certainty”. On the contrary, “it expels them to its own depth”.
In 2012 I obtained a roll of photographic film intended for military air force use, enclosed in a peculiar metal cylinder. It had an uncertain expiration date from the the last century’s 1920/s or the beginning of the 1930’s.
Initial fascination gave way to long hours of reflection. Nothing had prepared me for the mystery that I discovered when I finally decided to bring the contents to light. The film hadn’t been used for the aerial recognition, its intended purpose, but for an ambiguous registry at ground level of everyday scenes, landscapes, persons, and buildings.
An amateur anonymous pilot photographer with an expired roll of many meters had been in the process of photographing all this. A material whose production had been discontinued before World War II dragged and obtained everyday domestic images of intimate situations, old-fashioned machines, desolate landscapes, often veiled, sometimes poorly framed. An open-ended story that I now exhibit, but that I have not yet been able to untangle.
This search that still continues, is almost a breathing exercise. I breathe in to submerge myself in a strange, archaic, analogical world… to discover a rhetoric of archival material improperly used, in order to try an decode the involuntary graphism of the technical symbols that complement the photographic images, themselves indecipherable.
I breathe out to deploy a film charged with dormant and contradictory forces that after a long voyage in time can now be expressed through what has been revealed.
Jackie Parisier